3.12.11


Ahora pasa una gran nube blanca, como todos estos días, todo este tiempo
incontable. Lo que queda por decir es siempre una nube, dos nubes, o largas horas de cielo
perfectamente limpio, rectángulo purísimo clavado con alfileres en la pared de mi cuarto.
Fue lo que vi al abrir los ojos y secármelos con los dedos: el cielo limpio, y después una
nube que entraba por la izquierda, paseaba lentamente su gracia y se perdía por la derecha.
Y luego otra, y a veces en cambio todo se pone gris, todo es una enorme nube, y de pronto
restallan las salpicaduras de la lluvia, largo rato se ve llover sobre la imagen, como un
llanto al revés, y poco a poco el cuadro se aclara, quizá el sol, y otra vez entran las nubes,
de a dos, de a tres. Y las palomas, a veces, y uno que otro gorrión.


LasBabasDelDiablo