16.11.11

AVES

I

tuvo su grieta

su república hinchada

tuvo ese uniformado diente hincado como un fusilamiento

exactamente allí en el lado izquierdo

del mundo

en el lado en que se ama y se odia y se pelea y se enloquece

allí donde brinca la pena como un sapo enfermo

donde la rabia roe como un topo infinito

tuvo también allí su novia

su familia

y todo lo que se quema y se congela allí lo tuvo

pero para qué

para qué

digo para qué escribir sus memorias

si no vale la pena

II

cómo

me mira

cómo

la miro lleno, rodeado del mundo

sustraído del mundo en esta hora delimitada

por la delicia de estar entre la hierba

de sus ojos

en esta hora

delimitada por la luz del sol que se detuvo en el poniente

aliándoseme para poder mirarla a gusto

sin prisa

ni las campanas

ni la ciudad diversa

únicamente el aire suena como un sueño mullido

cómo me mira

cómo

me mira

la miro

y la nube solitaria

las aves

lejanas

las alegres aves

cómo las oigo volar

cómo se mueven y juegan por los tejados y las azoteas

las aves

de mis campos

de mis edades párvulas

cómo revolotean en mi sangre de ahora

en esta hora

suspendida en la nube solitaria de la ventana

mis aves

lejanas

cómo

la llenan de atmósfera

la rodean

cómo

la transportan a mis queridos campos

bajo mis árboles ya maduros

entre la hojarasca

cómo

camina

hacia mí desde sus ojos quietos

cómo

se está quieta en su sitio

cerca de la ventana

frente al maestro que agota la charla sobre el capitalismo

III

las aves no deciden el aire

no tienen ganas de llorar

las aves

guardan su distancia

al volar

cuando parten

cuando vuelven

porque las aves vuelven

las aves

van y vienen

las aves

no te miran caer abruptamente

no comentan

ni saben la noticia

IV

cómo le gustaban los polvorones de las cinco de la mañana

cómo le gustaban las cinco de la mañana

cuando los pájaros están a punto de abandonar la noche

los polvorones que se deshacían en la taza de café

cómo le gustaba el sombrero de su hermano mayor

cómo le gustaba acompañarlo a cuidar la milpa

diariamente

cómo le gustaban los pájaros poblando el aire de la mañana

V

ella

se detiene a conversar conmigo

en la banqueta

pasan los carros con su ruido

pasan

los segundos

con su ruido

ella me habla con plumas

me dice el mundo

ella

tiene el vestido lleno de nidos

la calle se puebla de aves cuando pasa

los carros no son más que vaivén de alas

cuando pasa

ella

me deja un hasta luego que me revolotea

VI

él vio sentada a la abuela a media calle

en su silla de madera

igual que en la vieja fotografía

majestuosa

pero desafiante

pero mirándolo con esa sonrisa sensual

como una quinceañera impúdica

enmedio de la calle

la abuela

inflaba y desinflaba su viento redondo

como una mano / como un sol /

como un seno único en sístole y diástole

el viento terrible rozándolo

la sensualidad terrible

la abuela terrible soy tuya

tómame

porque tú no me olvidas

toma mis huesos

la abuela

y el sobresalto y el día sin aves

VII

él no tuvo más las pesadillas con la abuela

ni recordó más los pájaros de la mañana

ella creció por la pendiente del cosmético

y cambió en sus ojos las aves por los escaparates

él se integró al aire para siempre

a lo largo de su república agrietada

y fue testigo y corazón y ala inconclusa

ella subió a su casta por el hueco de la chimenea

él no bajó de su montaña